Amber de Ventu (Templo tantra) y the Walrus
Ayer, después de salvar varias dificultades para agendar, conseguí reunirme con Amber.
Está muy rica la Amber, cuándo no, ha bajado algunos kilos (no digo que no estuviera rica con los kilos que dejó en la playa), está como se ve en las fotos de la página de Ventu, muy rica.
Al llegar, me fue a encontrar al rincón aquel y el saludo fue con un rico beso. Al box, mientras esperábamos la ducha, algo de conversa y entremedio, besos. Me encantan los besos de la Amber, no sé si me los dará con las ganas que se los doy yo, pero se siente como si así fuera.
Finalmente, ducha, con conversa siempre, vuelta al box y más conversa, alternando ahora con besos y caricias.
Ya que yo estaba pilucho y ella no, la empecé a desvestir, besos, bata, besos, sostén, slurp, besos. Ahí, la hice girarse para disfrutar de la vista que proporciona Amber por la retaguardia, un culo tallado por algún fino artesano. Le quité lentamente el colaless, disfrutando de cada centímetro de piel. Me quedé un rato ahí, exquisito.
Pasamos entonces al futón y ahí nos estuvimos besando como si nos hubieran ofrecido las ganancias de Caval por cada beso... luego, la hice tenderse de espaldas y procedí a hacer un reconocimiento de su anatomía. Apliqué un persistente cunnilingus, alternado con caricias a sus tetas y otras zonas provocadoras. Estuvimos harto rato en eso, hasta que ella pareció estremecerse de placer.
Ahí, cambiamos de posición, yo me senté en el futón y ella aplicó fellatio, rico, rico, rico, siempre alternando con caricias y más besos jugosos y profundos.
Nos dimos cuenta de que la hora se estaba cumpliendo, así que apuramos el proceso, en el que yo fui el beneficiado. Nos vinieron a tocar la puerta. No es raro que me pase del tiempo cuando visito mis favoritas en este local, pero esta vez habría damnificados si nos seguíamos demorando jejeje.
Para la ducha de salida, Akemi nos recomendó el baño del segundo piso, para ganar tiempo, así fue.
Vuelta al box, vestirme, pagar y volver a la dura realidad de un Santiago que se prepara para la avalancha de marzo.
Gracias Amber por otro momento intenso y muuuuy grato. Besos para tí.
