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Caballero
- Poder de reputación
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Manuelita, que quiere que le diga, yo también estoy completamente equivocado y concuerdo plenamente con lo que dice. Es más, agregarÃÂ*a que, como todos, la inteligencia se deberÃÂ*a servir de al menos dos brazos: la improvisación y la imaginación. Cual va a la derecha, cual va a la izquierda, lo verá cada cual.
Mi hijo, que estudia ingenierÃÂ*a, hace poco más de un año me contó una historia acerca de la inteligencia, el conocimiento y la imaginación. La historia, dijo, se la contó un profesor de fÃÂ*sica, que siempre los descolocaba con una cita de A. Einstein.
La historia es esta...
Un cazador que va a ÃÂfrica lleva a su perrito faldero para no sentirse solo.
Y un dÃÂ*a, ya en ÃÂfrica, el perrito persiguiendo mariposas, se aleja y se pierde,
El perrito, perdido y desorientado, comienza a vagar solo por la selva. En eso ve que a lo lejos se le viene encima un enorme león. El perrito al ver que el león no quiere otra cosa sino devorárselo, piensa rápido que hacer. Entonces ve un montón de huesos en el suelo y comienza a mordisquearlos con rabia. Y asÃÂ*, cuando el león estaba a punto de comérselo, el perrito exclama: ¡¡Mmmmmm!!, ¡qué rico estaba el león que me acabo de comer!.
Y el león lo alcanza a escuchar y frena en seco, se da media vuelta y con dignidad de rey, se devuelve pensando: Chucha, menos mal que tengo buen oÃÂ*do, el perrito maricón casi me come a mi también.
En eso, un monito que estaba trepado en un árbol cercano y que vió y oyó todo el asunto, sale corriendo detrás del león para congraciarse y contarle como con lujo de detalles como habÃÂ*a sido engañado por un simple perrito. El perrito, en tanto, también salió detrás de ambos, y alcanzó a escuchar al mono alcahuete.
Entonces el león, enojado por el engaño, le dice al mono: ¡mono, súbete a mi espalda y vamos a enseñarle al perrito quién se come a quién!
El perrito, asustado ve como a lo lejos el león vuelve a la carga y esta vez con el mono alcahuete en su espalda.
Y se pregunta, ahora ¿qué chucha hago? Y en vez de salir corriendo, se queda sentado y dándoles la espalda, al león y al mono, finge que no les ha visto.
Entonces, cuando el león está a punto de comérselo, el perrito vuelve a exclamar: ¡Puta el mono maricón, hace media hora que lo mandé a buscar otro león porque quede con hambre! Y le advertÃÂ*: sino me traes otro, te como a tÃÂ*.
Moraleja...
...en tiempos de crisis, es la imaginación y no el conocimiento la que salva.
Bueno, la frase es de Einstein y mi hijo la adaptó un poquito.
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