Comenzando a reportar, entonces!
Sábado 14 enero 2012
MARTINA
Edad: 23
Internet: La logia
Valor servicio: promo la logia, 35 mil hora servicios normales
Ubicación: Concepción, San Martín llegando a la diagonal
Lugar: Departamento
Tipo: Amigas independientes en departamento
Conserje: No
Fono: 78369558
Horarios: lunes a viernes full time. Sabados hasta las 16:00 o 17:00 hrs
Nivel de Empotamiento: 0
Estatura: 1.62 descalza
Contextura: delgada, curvilínea, piel canela, estatura media
Rostro: 6.5 muy linda
Nivel de Phothoshop: 10%, retoques menores para alisado de piel
Trato: 7.0
Besos: 7.0
Pechos: 6.3 Medianos, suaves, relativamente firmes
Cola: 6.3 redondeada y durita
Pussy: 6.8 exquisita, depilada, suave, apretadita, se moja rápidamente
Oral: 6.0 con preservativo. Succión y técnica asesina
Movimientos pelvicos: 7.0 muy intensa, como una amazona cabalgando
Calidad de sonido: 6.8 gemidos y quejidos intensos
Greco: no
Ambiente: 6.5 depto céntrico, amplio, bien aseado, discreto
Atención: 7.0
Ayer viernes, en la reunión a la cual finalmente solo llegamos Acumulador y yo, tratamos el tema de Gabrielita y sus exquisitas amigas. Como recién llegadas al foro, había que darles una bienvenida como correspondía. Y como mi colega moderador ya había estado en su departamento, faltaba que yo acudiese para presentarme adecuadamente. Al final, decidí dejarme caer hoy a mediodía para conocer a Martina, cuyas fotos me habían llamado gratamente la atención. Acumulador había dado excelentes referencias de la chica. A mediodía ya estaba en el depto de Martina y sus amigas.
Martina me recibió muy cariñosamente, y de partida me dejó loco al verla vestida con unos jeans ajustados. Eso, mas su bella carita y sus curvas, me convencieron completamente. Tras una refrescante ducha, pasé a la amplia pieza donde Martina me esperaba. Nos agarramos a besos y caricias mutuas por toda la habitación, mientras la iba desvistiendo lentamente. Bajo esos jeans ajustados apareció un diminuto colaless negro, de esos con tiritas anudadas a los costados. Tiritas que desaté con los dientes, en medio de las risas de Martina. Desde el principio tuvimos una excelente onda, y eso ayudó a hacer de nuestro encuentro una experiencia muy intensa. Al dejar a Martina completamente desnuda sobre la cama, degusté todos los rincones de su cuerpo, dedicando especial atención a sus tetitas y a su pussy depiladita, la que a los pocos minutos comenzó a mojarse rápidamente, en medio de sus ricos gemidos. Le dediqué especial atención a esa deliciosa parte de su anatomía, y me ví recompensado cuando finalmente, Martina acabó entre exquisitos gemidos. Seguimos con un regaloneo cada vez mas intenso, hasta que Martina, forrando a mi compañero en látex, lo sometió a un tremendo castigo oral... una succión asesina que me tuvo literalmente contra las cuerdas. Yo ya estaba loco con Martina, solo deseaba penetrarla y estrecharla entre mis brazos. Me tiré de espaldas en la cama, permitiéndole montarse encima y comenzar a cabalgar. Las ondulaciones matadoras de sus caderitas me indicaron que si la dejaba arriba, yo no duraría ni un segundo más. Me senté sobre la cama, con Martina encima mío, penetrándola fuertemente mientras la agarraba desesperadamente de sus nalgas. Y de ahí, directo a la paraguaya, en diversos lugares de la habitación: contra la pared, al lado de la cama, sentados en el sillón... hasta incluso, sobre un pouf. Mi aguante ya estaba al límite. Llevé a Martina sobre la cama una vez más, culeándola a lo misionero hasta ver la luz.
El entretiempo fue un completo placer, disfrutando al acariciar y besar su cuerpo y su boquita. Conversar con ella me reveló su simpatía y dulzura. Pero el tiempo pasaba implacable, y yo deseaba saborear el dulzor de la piel de Martina una vez mas. Nos besamos golosamente, y tras aplicar la protección de rigor, Martina me sorprendió una vez mas. Se sentó lentamente sobre mi compañero, de espaldas hacia mí, dejándome sentir la suavidad de su pussy completamente mojada mientras la penetraba. Comenzó a moverse suave y golosamente, haciendo girar sus caderitas. Agarré desesperadamente su culito y la penetré intensamente. La posición me motivó a cambiar de ángulo, sentándome lentamente, sin dejar de culearla, hasta quedar en doggystyle. No podía dejar de penetrarla... la cama crujía, Martina gemía deliciosamente y el sudor bañaba mi frente. Era el paraíso.
Paulatinamente, Martina fué recostandose sobre la cama, de guatita, conmigo encima, penetrándola sin parar. Tras un buen rato, tendiéndome de lado, llevé a Martina a recostarse junto a mí, para follarla en cucharita mientras acariciaba su pussy. Nos besábamos golosamente, mientras nuestros cuerpos estaban bañados en sudor. Cambiamos de posición por última vez, tendiéndome de espaldas y dejándola subirse nuevamente, cabalgando como toda una amazona. La hora llegaba a su fin. Había que terminar, y lo hicimos al gusto de Martina: en doggystyle, penetrándola golosamente mientras acariciaba sus nalgas, hasta explotar.
Tocaron la puerta anunciando el fin de la hora, pero nuestro regaloneo siguió, indiferente al aviso del tiempo. Nos besamos golosamente, hasta que partí al baño a darme una reponedora ducha con agua helada. La necesitaba. Regresando a la habitación, no pude resistirme a esa boquita, y continué besando y acariciando a Martina, hasta que caché que si seguía en esa no terminaría nunca. Por respeto a Martina y su agenda de tiempo, me vestí y me despedí de ella. La despedida empezó en la habitación y se prolongó hasta la puerta, donde la besé largamente, por última vez, antes de partir prometiendo volver.
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