Mire, Chondo, asÃÂ* veo yo el asunto, y esto es lo último que digo y cierro este tema por mi parte... Si usted hubiese omitido las dos primeras lÃÂ*neas de su primer post, aquÃÂ* nada pasa. Y esto no lo digo como capricho, lo digo porque son gratuitas y son gratuitas porque en nada aportan a su interesante opinión. Porque se lo reitero, su opinión me pareció interesante, pero “a mi juicio” algo parcial y eso fue lo que dije, a parte también de entregar mi particular visión acerca de la relación entre ciencia y casualidad que usted miró con desdén y encontró equivocada.

De acuerdo con lo anterior, me resulta incomprensible que usted abogue sólo para si el privilegio de sentirse ofendido porque alguien se refiere a un tema y también a su opinión, en circunstancias que fue precisamente usted el primero en referirse a las opiniones de todos los que comentaron antes que usted y las cuales tildó de pobres y hasta insultantes con el tema.

Ah! y ojo, pues hay algo en lo que pocos han reparado y es el hecho que la primera que “saltó” o que “acusó recibo” fue precisamente la Bellaminina, la que puso el tema. A propósito, ¿por qué a ella, que le recomendó usar su inteligencia para crear temas interesantes, no le cayó encima con la misma vehemencia que a Forever cuando se refirió a "su intelectualidad"?

Chondo, otra cosa, yo no defendiendo a alguien en particular más que mi opinión. Ni a la Bella, ni a Forever, ni a don “Z”, ni al resto del foro. Soy de la idea que aquÃÂ* a cada cual le asiste el mismo derecho a opinar y en consecuencia el mismo deber de defenderla y por sus propios medios. En todo caso, y esto al margen, que usted tenga como barra a “las carboneras”, que diccionario en mano lo siguen a todas partes (shiaaaaa... por ahÃÂ* si, ÃÂngel M.), no deja de despertar en mi una sana envidia, máxime si ahora, y gracias a usted, todos me ven caminando de la mano con Forever... shiaaaaa. Es groma Forever, y en buena, por eso me dijeron que terminara con un “shiaaaa”, pa’denotar que no hay mala intención.

Sabe, Chondo, como cada cual sabe lo que pesa y calza, ni la descalificación artera ni la forma como me esta juzgando sin conocerme, me ofende. Con ello sólo se está degradando usted mismo. Y de acuerdo con las mismas circunstancias, se degrada también al visitar mi casa, porque vino a verme y yo no estaba. ¿Qué buscaba, Chondo?

Voy a terminar con un apresto de “serendipia”, que mucho tiene que ver con el tema original, y enhorabuena, pues nunca se deja de aprender algo y si es por casualidad, tanto mejor. Cuando dije que, Chondo, vino a visitar mi casa, hice una metáfora, y es una metáfora porque aquello que se evoca, en este caso “mi casa”, corresponde en el plano real a “mi perfil”. Y la metáfora es... mmmm, mejor que cada cual y por su cuenta busque la significación, porque asÃÂ* no me erijo en juez y parte a la vez y tampoco aparezco como conduciendo el hilo argumentativo a conveniencia.

En cambio con la historia de la luminaria y la moneda, lo que quise hacer (ojo que tampoco es mÃÂ*o y se puede buscar en la web por Carlos Pereda y la moneda encontrada) es representar de manera abstracta una idea, pero subdividida en varias ideas, por eso el individuo representa a quién busca o al investigador, el transeúnte la otra visión o la otra perspectiva, la moneda lo buscado, la luminaria el medio y la luz, hasta donde alcanza, el lugar donde se busca. Y eso es una alegorÃÂ*a y una alegorÃÂ*a es... mmmm, de nuevo, mejor que cada cual y por su cuenta busque la significación, porque asÃÂ* no me erijo en juez y parte a la vez y tampoco aparezco como conduciendo el hilo argumentativo a conveniencia. Esto último fue un copy and paste... ¿lo dije bien?

Que metáfora y alegorÃÂ*a son parecidas, SI, y harto, por eso incluso en un diccionario básico de sinónimos y antónimos, y ocupo el básico porque estamos hablando de materia de enseñanza media y porque no quiero salirme del marco, aparecen como sinónimos, en parte, claro está, porque la alegorÃÂ*a no es sino una metáfora, pero más extendida.
Digo esto último, y es lo último que digo pa’no seguir dando lata, con el sólo afán de que puedan apreciar el sin sentido que tiene refutar mi aparente confusión entre metáfora y alegorÃÂ*a. El sin sentido que tiene esa manÃÂ*a suya, Chondo, de estar más atento al error del otro y a ponerlo en evidencia, que aportar en buena como profesa.

Que él que quiera recurra al diccionario y que busque y se forme una idea al respecto. Creo que es altamente probable que concluya que ambos tenemos algo de razón, sin embargo fue usted, Chondo, quién de manera despectiva insinuó que yo soy el equivocado y que no conozco la relación y que asÃÂ*, también, no reconocerÃÂ*a la de otros términos.
Ahora entiendo a que vino a mi casa, Chondo, vino a saber quién soy... y con quién esta tratando y, que quiere que le diga, esta tratando... conmigo.