Yo casualmente caminaba con mi hijo por Maipú disfrutando de una tarde de verano, casualmente vimos un bultito.. pequeño, como una rata.

Era una perra... olvidada, perdida, lastimada y enferma; hoy es Narices, la causa que mi casa sea casi un canil, la causa de tener que luchar con sus celos (perÃÂ*odos, ella sabe compartirme muy bien) y con muchos perros un poco más vagos que yo, que quieren ser lo que yo no he sido: su dueño.