La cobardÃÂ*a es asunto de los hombres y no de los amantes - dijo RodrÃÂ*guez cuando decidÃÂ*a, que esa noche cantarÃÂ*a la ultima estrofa de ésta canción, recordando no haber tenido la valentÃÂ*a para pedirle a ella que no lo abandonara… pero la dejo ir, porque querer evitar el daño.

Es más fácil huir del dolor, cuando conocemos sus consecuencias, cuando ya hemos sido quemados por el fuego, es muy probable que nos alejemos de él evitando volver a sentir aquellas cosas que nos han dejado huellas desagradables. CobardÃÂ*a.

Cuantas veces prometimos no volver a llorar por eso que supero nuestra resistencia, aquello que no podemos perdonar, que no podemos olvidar, que el hierro marco de tal forma que solo lo hemos cubierto con una pequeña capa de polvo, que el menor movimiento, puede hacer que vuelva a aparecer. Vivir con el dolor, no es lo mismo que superar el dolor, y tampoco perdonar es lo mismo que olvidar, lo complicado es el daño. El daño, es aquello que no nos deja volver a creer, son las consecuencias del dolor, nos hace desconfiar de todo, y no nos deja volver a sentir del mismo modo. El daño es grave cunado es futuro, es sobre nuevas personas y provoca consecuencias en un hecho no relacionado, con su causa principal.

Esto me hace ver la vida sabiendo que cada dÃÂ*a habrá algo para mi con perfume de dolor y en el camino, esas lecciones se trasforman en heridas permanentes, que no dejarán ser tan libre como cuando no tenÃÂ*a nada que perder.

Es entonces cuando entiendo que el daño no es más que el dolor permanente y su consecuencia es nuestra incapacidad de reconocer que debemos sufrir, sacudir el polvo de nuestra piel, sin olvidar que hay cosas que vivirán con nosotros, que impedirán ser feliz, y volver a sentir... todo te indica que no debes creer.

Si, me han hecho daño, yo lo he permitido asÃÂ*, pero nunca me he podido enojar realmente con alguien, solo he tratado de ponerme en su lugar, y dejar pasar el tiempo, no vivo de verdades objetivas, trato de entender las reacciones, y confiar, mientras mi corazón siga filtrando sangre, sabiendo la verdad, que la única certeza son las posibilidades, de que alguien te traicione, alguien te mienta, te engañe, de abandone, abuse de tu confianza o simplemente te utilice para sus objetos haciéndote creer que fuiste un trozo de su vida. Aun asÃÂ* yo elijo confiar.... por que soy yo quien quiere ser feliz, yo voy a creer, aunque eso me haga un inocente, tendré fe, porque aunque de este modo sean las personas, solo por ellos puedo encontrar un sentido a despertar.

La cobardÃÂ*a finalmente está en no enfrentar las brisas que anuncia dolor, es huir de la condición natural de que otro te hará daño, la cobardÃÂ*a es no arriesgarse, no estar dispuesto a sufrir, asumir las heridas, dejar mi carne entre tus uñas, si es preciso, correr riesgos, seguir, vivir.


Soportaré el daño.