Porque nadie es imprescindible o irremplazable... tampoco usted, tampoco yo.
¿Por qué apresurar tanto un juicio si a veces lo prudente es suspenderlo, al menos por un tiempo?
Porque nadie es imprescindible o irremplazable... tampoco usted, tampoco yo.
¿Por qué apresurar tanto un juicio si a veces lo prudente es suspenderlo, al menos por un tiempo?
Marcadores