Puro discurso no más... Discurso pa ponerle otro nombre a la infidelidad, a la promiscuidad, a la calentura, a la relación agotada, a las dificultades propias para aceptar la vida en pareja... Que siendo conceptos neutros, adquieren una connotación negativa en nuestra sociedad moralista.
Una mujer para el matrimonio, para mí debe estimularme en todos los sentidos: sexual, intelectual, en weweo, en compañía... hasta en las peleas. Si no es así, quedará como una experiencia más. Pero eso de que a priori existan mujeres para remojar el cochayuyo y otras para llevar al altar es puro cuento.
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