Aquí otro cuento de mi autoría... para esta noche de madrugada fría...

El Peregrino...

Es de noche, camino solo por la vereda…no veo a nadie…la calle y las casas pintadas de sombras, solamente escucho murmullos indescifrables…que se ahogan en la inmensidad del vacío de la noche, el zapatear de mis botas rompen el silencio…apuro el tranco…y en mi mente trazo el camino, adelantando mi llegada a casa, pensando en aquella taza de café caliente que aun no preparo…imagino aquel aroma y el primer sorbo…mis manos entibiándose alrededor del tazón…
Sigo mi andar, y pienso en aquellas simples cosas que me dan placer…el abrazo de mi hijo a mi llegada, el beso de mi mujer…la mesa servida, la plática con ella antes de acostarnos, con el resumen del día…y la última gracia de mi retoño…
Quizás…ella agregue algo más, talvez alguna novedad del colegio, de los vecinos…para luego ir a dormir…en aquella gran cama…que siempre encuentro cómoda y cálida…
…continuo mi andar, diviso a lo lejos, en una esquina…un grupo de personas en una amena plática…me acerco y me doy cuenta que son unos conocidos del barrio…paso entre ellos y no me ven, ni siquiera un saludo de buenas noches…siguen en su conversación mundana…ya estoy cerca de mi hogar, a menos de una cuadra…
Ya frente a mi casa, percibo algo diferente…no me percato que puede ser lo distinto…tantas veces entrando y saliendo…pero hoy noto algo…
…parado en el umbral de mi casa repaso tantas cosas…aquellas noches de año nuevo esperando en ese mismo lugar a mis amigos y familiares…tantas veces llegué cansado y me senté allí a meditar el día de trabajo…o aquellas mañanas de fin de semana, regando las plantas del antejardín…jugando con la manguera con agua en verano con mi chiquillo…
…ya adentro veo que no hay mesa servida, no está mi mujer ni mi niño, nadie me espera; todo en penumbras…luces apagadas…
Subo la escalera y me dirijo al cuarto de mi hijo…pero no está en su cama…un aire frío cobija la habitación…la soledad reina allí…
Después voy a la otra habitación, donde mi esposa…entro y los veo…los dos acurrucados…sumidos al sueño…aislados de mi presencia…me siento a los pies de la cama y reflexiono mi condición…de aquel deambular diario a mi casa, de aquella promesa de siempre protegerlos…y que impide irme…no puedo explicarlo, pero ese es mi peregrinar desde hace un par de años atrás…desde el día de mi muerte…

Fin



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