Estimados cofrades:

Aunque ya es una maniobra conocida que ocurre desde hace años antes de una elección municipal, esta vez creo que la mano está viniendo fuerte.

Estando ayer en uno de los locales Alí de la GSC, se dejaron caer cerca de 10 (diez) fiscalizadores que pertenecían a diferentes reparticiones: Municipalidad de Santiago, Ministerio del Trabajo, Impuestos Internos y otra más que no recuerdo.

Estuvieron cerca de 20 minutos en que, junto con pedir encender luces y apagar la música, revisaron boletas, patente, el piso (si había rastros de ceniza), el sector del maquinista, el baño, los camarines, identidad de las kfetinas (una se tuvo que vestir antes y salir del local por no tener su cédula). Incluso hasta una encuesta de "clima laboral" realizaron a las señoritas.

Por mi parte, me retiré habiendo transcurrido unos minutos de la larga inspección y decidí volver una vez que se hubieran retirado. Situación que ocurrió despues de un intento fallido porque aún estaban allí.

Al parecer no hubo problemas que ameritaran una clausura inmediata, sin embargo, los dueños fueron citados a comparecer por algunas anomalías, entre las cuales hay algunas muy importantes para nuestras amigas. Nada menos que deberán presentar sus contratos al día y principalmente el estado de pago de imposiciones. Que sabemos están atrasadas y que tienen a nuestras amigas sin el derecho a recibir atención médica por Fonasa o Isapre.

Bueno, estimados cofrades, en la medida que sean beneficiadas nuestras amigas de siempre, bien vale este tipo de fiscalización.