Hace un par de meses, don Tanga contó que había estado con "Anto la bella", hoy yo volví a estar con ella, después de cinco meses sin verla, era mi encuentro número 11 con esta bella mujer.
Habiamos quedado de acuerdo ayer, por la tarde. Me llamó hoy temprano para confirmar que estaría a las 13:00, ella normalmente está llegando como a las 15:00 y yo soy de horario tempranero, o macabeo, si ustedes prefieren.
Me volvió a llamar a las 13:48 para indicarme el número del depa. A las 13:50 estaba tocando el timbre.
El reencuentro fue como es volver a ver a una antigua amiga (en ningún caso "vieja" amiga), risas, besos, comentarios para actualizar.
Luego se duchó, me duché, como aun conservo algunos privilegios de cliente regalón, me ayudó a jabonarme... qué rico.
Enseguida, a la camita... ahí nos desatamos, deben haber sido unos diez minutos de puros besos, ricos, intensos, húmedos. De los besos en la boca pasamos a besos en otras zonas de nuestras anatomías, en esto estuvimos otro buen rato. Y llegó el momento del profiláctico y lo que ustedes se imaginan... ¡¡casi se desarmó la cama!! ¡cómo crujía, jajaja!
Una vez que llegamos a puerto, la calma, el relajo... más conversa, le tuve que confesar todas las mujeres con que le he sido "infiel", aclarando que sólo una más ha entrado al selecto grupo de "mis regalonas", para ser mis tres "número uno".
Pero todo llega a su término, ducha de salida, algún beso de despedida, bromas y chao, de regreso al turbio mundo de cada día.
Hasta pronto Anto, no sé cuando volveremos a vernos, no ha sido fácil volver, quizá cuándo podrá ser nuestro encuentro número doce.
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