No creo en eso de que solo importa, o debería importar, lo que piense de mí mi entorno directo o familiar. A mí me importa lo que digan o piensen los demás, sin distinción. Es más, pienso que a todos -cual más, cual menos- les importa, o les debería importar. ¿Por qué? Porque el resto, o los otros, nos ven tal cual somos, es decir, como nunca nosotros nos veremos.
¿Han sentido vergüenza? ¿Acaso no es que uno siente vergüenza de sí mismo, pero de sí mismo alcanzado por la mirada de otro?
En parte, el secreto de lo que soy lo guarda el otro.