Hoy, en el colectivo, un tal Hernán, de cómo 30 años; le decía a su polola: “Yo le pongo llave a mi puerta… Me carga que me hueveen en la mañana, como si estuviese despierto pa’ atender pelotudeces: Mi mamá huevea con que si quiero desayuno, mi hermano con el baño… Y pensaba a las 08:00 am: No estoy ni despierto pa’ responder huevás, ni saben que ayer me acosté a las 4:00 am trabajando, y hoy tengo que leer un informe, además quiero ir al cine… ¿Cómo quieren que aporte a la casa si ni dormir me dejan?”
Por un lado, Hernancito decía que no estaba despierto para responder, sin embargo estaba lúcido para pensar todo eso… Acaso, ¿No sería más fácil decir “No mamita, gracias” o “Sí mamá, así desayunamos juntos”… O más aun… ¿No ve nada anómalo en tener 30 años y seguir viviendo con la mamá?
No creo que Hernancito hubiese contado la historia de modo literal, pero insisto: siempre es más importante el como se percibe la realidad, por sobre como ésta realmente sea. ¿Acaso no se habrá dado cuenta de sus falencias discursivas?
Es sobre eso de lo que trata este tema: De las falencias discursivas y de sus puntos de vista, pero en torno al foro.
1. El error, el arrepentimiento y las disculpas: “Si la cago, siempre pido disculpas”
Tal afirmación, que parece tan empática y gentil, esconde una gran irresponsabilidad pues no contiene la idea más importante, que es aprender y dejar de cagarla alguna vez.
Es súper fácil estar continuamente equivocándose y luego pidiendo disculpas.
2. La soberbia y el ego v/s la humildad y modestia: “Crees que te las sabes todas” o “Yo, siempre de weón no más” o “Digo lo que pienso no más”
El empobrecimiento de los ámbitos de discusión en los medios, es las escuelas, en la universidad, en la política, etc.; finalmente afecta a todas las esferas, y los foros no son la excepción.
Todos quieren aproximarse más a la línea de normalidad, a lo popular o bien a la distinción producto del carisma propio… Pues ese es el límite que permite una “sana convivencia”. Pero ayayay del que se quiera escapar de esa raya, hacia arriba o hacia abajo: Automáticamente, el osado se convierte en un “levantado de raja” o en un “picante, flaitongo y car’e raja”.
3. La real intención de debatir y hacer foro: “Este es el negocio cabros, lo demás es puro relleno”
Se premia la sinceridad, pero esta no es sinónimo de verdad. Sino más bien se usa como una máscara.
¿Se han dado cuenta que en Chile, el Parlamento nunca ha sido tal? Jajajajaja… Este organismo, en toda la historia moderna de Chilito (desde Pin8), en verdad ha sido aliado del gobierno... Con esto, por un lado pierde su capacidad de contrapeso al Estado, y al mismo tiempo entorpece al ejecutivo en la toma de decisiones.
Todos sabemos cuál es el negocio que mantiene este tipo de foros, pero entonces seamos consecuentes: O bien cerramos todos los otros subforos, o bien aplicamos las mismas políticas y motivaciones en todos.
4. El Cambio: “He cambiado, ahora soy mejor que antes… he madurado… etc.”
Que yo sepa, no todos los cambios son positivos… Por lo tanto, ¿Hay algo malo en plantear los pro y los contra del cambio, sobre todo cuándo este se manifiesta públicamente?
Decir “He cambiado”, casi se convierte en una armadura, en una investidura que obliga a la comprensión y al respeto en silencio. Como cuándo yo dije que abandonaba el foro: un error más en mi vida de forero.
El Cambio, en el mejor de los casos, es una mejor adaptación al medio ambiente, es decir, una Evolución.
Muy distinto es cuándo el Cambio significa conflicto con el medio que habitas: Eso es una involución.
El problema se produce cuando ocurren Cambios negativos ligados a situaciones de poder, pues en estos casos se trata de cambiar al ambiente y no ver error en uno mismo. Ejemplo de eso son las Cruzadas… Creyeron que por asignarle una valorización y moralidad católica, se ganarían el cielo… Pero jamás se dieron cuenta de que el Cambio era apenas una máscara para lo que en el fondo era una guerra sanguinaria.
5. Consecuencia y Franqueza v/s Paradigma y filtros: “Yo digo las cosas no más, si gusta bien, sino bien también” o “Hay que leer entre líneas”
Muchos creen que su carisma, su diferencia con el resto, su gracia; es decir las cosas tal cual son, sin filtro, de la manera más deslenguada posible y ojala dejando la cola… Pues no, eso es ser zafio o zafia, eso a veces causa daño, por lo tanto es símbolo de maldad ¡por dios!…
Todas las cosas se pueden decir, pero de la manera correcta, y para eso es necesario tener variados paradigmas que contextualicen al emisor y al receptor… Y entre ambos tienen que haber filtros, por lo menos el del respeto y la “no descalificación”. Para resumir, los opinantes debemos saber que se debe decir y que no, pero eso es bajo los principios de cada uno, tema en el cual no quiero profundizar.
El leer entre líneas es algo que también aburre… Si se quiere decir algo, la tribuna está… Si se quiere decir algo a unos pocos, los medios también están… Pero eso de lanzar opiniones universalizadas, pero con el “código del entrelíneas” para unos pocos, al final es igual que cagüinear.
Es como la política por ejemplo:
Yo tengo miedo que salga escogida nuevamente Bachelet… Pues no reaccionó bien en la emergencia del terremoto.
Piñera y la Derecha hace bien en alertar a la población de que Bachelet hizo las cosas mal.
Pero entre líneas, a Piñera ni a la Derecha le importa tanto el dato en sí, sino que entre líneas, calculan que porcentaje de votos pueden arrebatarle a Bachelet.
Ya cabros, eso por el momento.
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