Hablo como porteña.... Las imágenes. La memoria. Quizás sea eso lo único que quede cuando las cámaras se apaguen y las autoridades abandonen Valparaíso entre promesas. Estas se extinguirán rápidamente. Lo difícil de apagar será la pobreza, más pobreza, más injusticia social y más impunidad. Los que gobiernan culparán a las bolsas de basuras en las quebradas, al viento sur, al mismo al que le confiarán limpiar la cara del puerto herido. Y cuando aquello ocurra, cuando se vaya el maldito año, celebrarán e irónicamente le regalarán a la gente fuego, pero de artificio, ese que no quema, ese que solo encandila.