Forever, que Diosito me perdone pero acá le tengo que prestarle tellebi al cura: no podí comparar a cualquier pedigüeño con los delincuentes habituales que te piden una monea pa' ver a la arbo canpión. Esos son delincuentes, todos, sin faltar uno. Por lo menos, de los que te piden plata pa' un pancito, el 1% debe ser cierto.
Malita, déjeme contarle un cuento: una vez, después de darle una monea a un mendigo, un compañero de trabajo trató de montarse en el macho de la superioridad moral y me preguntó:
- ¿Tú siempre das limosna?
- Sí, siempre que puedo
- ¿Y te sientes mejor persona después? - me preguntó con sonrisilla sardónica.
- No, tengo plena consciencia de que caridad no es justicia, y por eso invariablemente me siento como las hueas y bastante culpable después de dar limosna. Y también se que muchos son puro grupo.
- ¿Y entonces porqué lo haces? - me preguntó con la sonrisilla ya congelada en su cara idiota.
- Porque al 1% que realmente lo necesita no le interesa mi estado anímico y si yo me siento mal o bien después de darle un billullo. Lo necesita, y se lo doy para él, no para sentirme livianito de alma yo.
Yo también siento 8976309843 dudas de si me están cuentiando o no cuando doy algo. Pero es tan poco la limosna que uno da, y a veces puede que usted le achunte y ayude a alguien que de verdad lo necesite... así que dele.
Saludos!
Marcadores