Los cabros si no hablan a garabatos se quedan mudos, no tienen idea de sinónimos, de hilar frases coherentes, me molesta el exceso de grosería, sobre todo porque no entiendo hacia donde va la conversación.
De pronto una chuchadita puede resultar divertida, como la crespa, flaca ex del Club de la Comedia, no me acuerdo del nombre ella era muy graciosa sin excederse.