Amigos:
Muchos saben que mi mundo laboral es la minería, y mi profesión justamente la ciencia que estudia estos fenómenos geológicos; y desde este lado de la trinchera, que sin ser la misma se parece un poco, veo con profunda tristeza como se ha operado con demasiado análisis una situación que no requería más que acciones ya programadas y coordinadas con anticipación.
Planes de emergencia, protocolos de conducta, información verídica, normas cumplidas... son los conceptos que no se ven, y que lamentablemente han terminado muy mal.
Tengo muy triste pronósticos para con estos mineros (que aprovecho de señalar NO SON PIRQUINEROS... ¡¡), y me produce mucha tristeza el imaginar el sufrimiento de las familias hoy.
Fuerza a quienes viven este calvario.
Justicia para evitar que este tipo de abuso de los empresarios, no siga ocurriendo más.
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