Esa es una posibilidad, entre tantas.
Pero aprendí una cosa, que muchas cosas supuestamente malas, no lo son en verdad. Y que muchas cosas buenas, en verdad son muy destructivas.
Es decir, estamos en un límite delicado en que ya tendríamos que empezar a hablar desde la experiencia personal, y no desde el sentido común.
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