Con gran horror y estupor, supe de la noticia que el Ministerio del Interior ordenó a Carabineros, suspender el uso de bombas lacrimógenas para controlar desórdenes.

A la prohibición y la imposición de graves costos de usar otros implementos, como los garrotes o lumas, se suma ahora la prohibición de usar gases lacrimógenos. De ahora en adelante carabineros deberá lanzar cebollas a los vándalos y amenazarlos con acusarlos a la mamá para disuadirlos de atentar contra la propiedad pública o privada.

En mi opinión, quien decide ponerse al margen de orden social, haciendo actos de vandalismo o atacando a la policía con elementos susceptibles de causar graves lesiones o la muerte, tales como proyectiles y bombas incendiarias, deben ser tratados con igual o mayor rigor, empleando medios de igual o mayor contundencia para disuadirlos y reprimirlos..no solamente un chorro de agua.