Ocurre muchas veces, entre los adolescentes sobre todo, que para sentirse aceptado o respetado y para formar parte de un grupo, se adoptan las conductas y maneras de vestir del mismo. En el fondo es el precio que se paga por ser popular y sentirse valorado y/o respetado...el caso de niñitas o niñitos con poco éxito social entre sus pares y baja autoestima, que de un día para otro los ves convertidos en pokemones, emos y todas esas tribus urbanas que existen hoy en las grandes ciudades.

La presión del grupo es muy fuerte, como también lo es el deseo de ser respetado, querido y aceptado por lo demás. Hace falta una personalidad muy especial para poder sustraerse con éxito a dichas presiones. Por ello me inclino, que ante la ausencia de una personalidad fuerte, lo mejor es separar o separarse del grupo de personas, si por querer sentirme aceptado y valorado por ellas, incurro en conductas negativas y autodestructivas.

Una pregunta que siempre me ha surgido...¿porqué siempre es más fácil que se pegue lo malo, a que uno se contagie de lo bueno?