Huy... casi siempre, pero más que no ver el corazón del otro, muchas veces me doy cuenta que es el otro quien no ve su propio corazón y se esfuerza por mantenerse así.
Mas al final, lo terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida; así que a seguir emprendiendo, basados en el propio corazón.
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