A mi parecer, si tienes fantasías o te gusta la cochinaíta más turbia... por qué no hacerlo! siempre y cuando sea con alguien con quien tengas la suficiente confianza, claro... lo de las esposas y los amarres, si están bien hechos, conlleva una sensación exquisita, tanto para quien es amarrado (por la pérdida de movimiento, el hecho mismo de sentirse "a merced" de otro, la sensación de subyugación) como para el que aplica (el ir lentamente inmovilizando, el intentar que el amarre quede lo más hermoso y bien ejecutado posible, el mismo hecho de saber que tienes a alguien en tus manos...) y claro, se requiere sierta trasposición del objeto "normal" de deseo, pero eso mismo produce una novedad. Además no todas las personas harán lo mismo, cada cual tiene sus fantasías... y por supuesto, no siempre se hará lo mismo... hay variados formas de jugar.
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