uff...

me tocó mi lado sensible, socio, la Almendra fue en su momento mi number one absoluto. Me tenía loco, cuando desapareció la busqué por aire mar y tierra y nada. Pensé en retirarme a una vida de convento, amputarme alguna parte de mi anatomía, etc.

Pero felizmente, he encontrado otras musas que han llenado ese vacío.

En todo caso, no me molestaría en absoluto volver a encontrar a esa pequeñuela ardiente y juguetona.